Después
de haber probado el año pasado en Baños de Molgas nos animamos a repetir la
experiencia este año, pero ahora en otra zona de Galicia , Cuntis.
Este
lugar de la provincia de Pontevedra es famoso por sus aguas termales y el Inserso
lo ofrece en su programa anual
para jubilad@s.
Estamos
alojados en un hotel que tiene un pasadizo para llegar al balneario y con unas
instalaciones de lujo.
Decidimos
tomar el baño a primera hora,8 de la mañana , y luego pasear y conocer los
alrededores.
Lo
primero que recibimos son inhalaciones, luego bañera(para Isabel),ducha circular(para mua) y para
ambos piscina con chorros laterales tipo spa.
Todo
ello lleva como ¾ de hora y a continuación nuestra sesión de 1 hora de descanso
, desayuno y a conocer
cosas.
El
primer lugar que visitamos fue A
Estrada, pueblo del interior de la provincia de Pontevedra. Fue famoso
por la cantidad de muebles que fabricaban, llego a haber catorce fabricas y hoy
existen solo dos .No tiene nada que ver excepto los edificios construidos
gracias a la emigración. Paseando por sus calles nos encontramos a un
parroquiano que con mucho orgullo hablaba de su emigración a Inglaterra y EEUU,
aquí tuvo que trabajar con ganado para conseguir su residencia. Después de 12
años no fue capaz ni de repetir hello
. Llevo a su mujer y a un hijo de 9 años. Este creció cerca de los
Angeles y allí se quedó mientras el matrimonio regreso para pasar su vejez en
este pueblo que estábamos visitando. Poco cariño le tienen los funcionarios de
cultura a su pueblo por la actitud que tuvieron con nosotros mientras nos daban
los cuatro folletos de rigor.
Las
comidas en el hotel no están mal aunque los viejos siempre encuentran excusas
para decir que como en su casa ni hablar. Compartimos mesa con cuatro mujeres,
una de ellas de ………Vallekas. La patria chica está en todas partes.
Al
día siguiente nos fuimos a ver los famosos caballos que les cortan las crines
en una fiesta veraniega denominada “A rapa das bestas”.Después de buscar allí
nos los encontramos como se puede ver en una de las fotografías. También
encontramos un aserradero que un maestro había hecho aprovechando el caudal del
río para tirar por un mecanismo de poleas que movía una sierra .Por una parte
entraban los troncos y por otro salían los tablones.
Esto
dentro de un paraje natural con varios molinos a lo largo del río.
Con
nuestro amigo Sergio, compañero de la universidad en el 73 en Madrid, conocimos
otro río con cascadas y unos 20 molinos a lo largo de su recorrido. El nos
llevó a Cambados, tierra de Ramón Cabanillas, para visitar molinos movidos por
la fuerza del agua del mar ,iglesias derruidas donde solo quedan los arcos del
techo y un barrio de pescadores.
Lo
más interesante fue la visita a Pontevedra y Combarro. La primera, para mi con
poco interés al no conocerla, me dejó impresionado por lo bien cuidada que está
dado que la gobierna el bloque desde hace muchos años: limpia, edificios
antiguos restaurados y la gente muy amable. También es muy importante ir con
alguien que vive allí y te enseña los escondrijos que como turista no
conocerías.
Combarro
es de postal y lo que ves en fotos luego de sentirlo en la realidad es
diferente. Un pueblecito de pescadores con las casas apiñadas y un montón de
hórreos que ellos utilizaban para meter el trigo y maíz que recolectaban en los
campos cercanos a sus casas.
Tuvimos
la suerte de recibir la visita de otra amiga que disfrutamos paseos, comidas y
charlas con ella.
Compartió
comida con nosotros y luego visitamos Caldas de Reis, también con Balneario.
Una enorme carballeira(robledal) es actualmente un parque y luego un paseo a lo
largo del río nos dio la oportunidad de pasar una tarde con nuestra amiga.
Terminamos yendo a cenar con otros amigos unos hermosos platos de callos.
Magnificamente hechos y postres de elaboración casera.
Al
día siguiente llevamos a cabo la excursión más bonita de todos estos días.
Cincuenta molinos distribuidos a
lo largo del río por el paseo denominado “PASEO DEL AGUA Y DE LA PIEDRA”.Un
recorrido de 8 kms que nos lleva al monasterio de Armenteira. Tuvimos como
invitados a dos chiquitines de 1 y
3 años que con su silla de ruedas nos hicieron el camino agradable y pesado, solo en los
momentos de un par de dificultades. Pero fue tan bueno su comportamiento que
nos alegró el que compartiesen el
camino.
Lo
mejor fue que en la llegada había una señora vendiendo rosquillas(vinieron a mi cabeza recuerdos de infancia el
día de la fiesta cuando la gente compraba una docena de esos dulces, de maíz y
de trigo, enroscados en mimbre).
Fue
la segunda vez que ví la técnica, mencionada anteriormente, de mover unas
poleas a través de la fuerza del agua. Además la construcción de canales de
piedra de cantería me dejaron asombrado de cómo se podía haber hecho esto a
principios de siglo.
La
comida fue una pulpada que hacía tiempo que no comía con tantas ganas y tan
rica . Estos amigos de Aurora y nuestros son encantadores y de un cariñoso y
cordial que solo se entiende cuando compartes con ellos cosas que te ofrecen en
las visitas que les hacemos.
No
podía faltar en nuestros paseos conocer
un pazo, en este caso el de Oca. Solo se pueden visitar los jardines
pero con ello te haces una idea de la vida de la gente adinerada en la Galicia
rural durante y desde la edad media hasta bien entrado el siglo XX. Enormes extensiones de terreno , todo
vallado, diferentes cultivos, iglesia y una casona palacio que te echa para
atrás. Ahora entiendo lo que significa la obra de los Pazos de Ulloa escrita
por Emilia Pardo Bazán y leída recientemente.
Hacía
50 años que no iba a la Toja, lugar muy visitado por la gente cuando viene a
Galicia. Mi madre fue a su
balneario en el 55 y era un pueblucho con un hotel y poco más.
Llegamos
a la isla y nos fuimos directamente al hotel a tomar un café para darnos el gustazo
de matar el gusanillo de lo que es la burguesía en su apogeo. La verdad que nos
costó 5,80 € dos cafés con unos dulces. Visitamos el lugar donde venden los
perfumes, colonias y jabones La toja. Yo recordaba el envoltorio y el olor que
sentía cuando mi madre los compraba. De hecho yo utilizo las sales cuando me
doy los baños después de mis dos horas de caminata para combatir el colesterol.
Al
día siguiente visitamos Catoira, típico por las batallas vikingas. Dice la
leyenda que los vikingos trataron de
entrar por mar por este río Ulla pero los parroquianos se defendieron
desde las murallas que había a lo largo del río.
También
fuimos a Rianxo. Ibamos con la idea de conocer la casa de Castelao. Todavía
esta en pie pero unos dimes y
diretes con los herederos no hace posible la restauración y la recogida de
documentación para instalar el museo.
No
sucedió lo mismo con Villanueva de Arosa donde esta la casa museo de Valle
Inclán. Por segunda vez me fotografié con la escultura del escritor y pude
saber un par de cosas sobre su persona. No sabia que se había quedado sin el
brazo izquierdo por una disputa con un ciudadano y que exigió por dos veces al
rey el reconocimiento de sus
títulos nobiliarios.
El
ultimo día visitamos un par de iglesias típicas del románico gallego con
linternas sobresalientes en el tejado. Como anécdota diré que tardamos en
encontrar el lugar y en una de ellas Isabel se pegó una leche en el suelo como
motivo de las heladas caídas esos días.
Terminamos en de balneario con un baile popular
con toda la gente y dejamos el pabellón vallecano bastante aceptable.
Ha
valido la pena por el lugar, lo terapeútico de los baños, el trato y la
estancia; además de encontrarnos con amistades que nos hicieron la estancia muy
agradable.
Aconsejamos
que probéis las aguas de Cuntis y garantizo que os sentarán también como a
nosotros.
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